lunes, 21 de abril de 2008

Un día fructífero

Hoy he sentido la llamada del teclado.
Necesitaba escribir, hay mucho que contar, pero no vale todo de golpe, hay que tener tacto, hay que saber expresarlo.
No puedo pararme, pero tampoco escribir sin ton ni són.
Parecera extraño pero si lo piensas no lo es. ¿Por qué habria de gustarme escribir en el teclado?
Tiene su sentido. Todo lo tiene.
Yo aprendí a tocar el piano, a penas di clase un año, pero me enseñaron lo básico para sentir que ni queria dedicar mi vida a ello, ni quería seguir dando clase, pero tampoco olvidarlo por completo.
Sin embargo, no tengo un piano, tengo un teclado eléctrico, pero no me cabe en ningún lado, asi que vive encerrado en su caja durante muchísimo tiempo. A veces lo saco a paseo, le doy un par de vueltas, intento dar música a aquellas letras que compongo, que esperan ansiosas ser tocadas. Pero esto no viene a juego con este instante.
El piano requiere gran movimiento de dedos, y un dia escribiendo en el messenger descubrí el parecido que tanto me entusiasma.
Teclear en el teclado es como tocar en el piano.
Y, ¿qué más puede necesitar un pianista frustrado?
Sin más, cuando algo me falta, recurro al teclado. Mucho más cómodo que sacar el piano. Menos escandaloso, y más productivo. En un piano improvisas, y si no apuntas o grabas lo que tocas todo se pierde. En un teclado tu escribes, pero no escribes en la "nada". Escribes en una página, en una conversación, en un comentario, en un documento... Todo vale, sólo importa escribir. Y tienes la seguridad de que lo que escribas no lo vas a perder. Además de que puedes compartir con otros lo que escribes, puedes publicarlo, puedes imprimirlo y llevártelo a cualquier parte, puedes borrarlo, corregirlo, copiarlo y repetirlo tantas veces como te guste.
Es lo que le falla a un piano... al menos al mio.
Si pudiera hacer todo esto con mi piano, tal vez sería una gran compositora. Pero como no puedo, no lo soy. Y tampoco me esfuerzo en ello.
Hoy como ayer, no podré dormir, piensa que te piensa, pensando en montones de cosas, que me preocupan, me alegran o tan solo me confunden.
Por ello sigo aquí, sigo escribiendo. Evito el momento de tumbarme en la cama y empezar a recordar.
A veces recordar puede ser una tortura. Sobretodo estando tumbado en la cama o similares. Es como volver a vivir un momento durante todo el rato que estas recordándolo. Puede ser un momento bueno, uno malo, uno que te llamó la atención, consciente o inconscientemente, pero al fin y al cabo fue un momento.
Si fue bueno intentas repetir la sensación, volver a sentir que fue bueno, llegando a ser tan intenso que cuando te recobras del pensamiento no sabes si estas en la realidad o en aquel momento.
Si fue malo intentas corregirlo, lo repites y lo repites hasta que llegas a la conclusión de que deberias haber cambiado una acción propia, pero finalmente regresas a la realidad más triste que al principio, porque sabes que eso ya ha pasado y no tiene solución.
Luego están los otros dos casos curiosos, que te haya llamado la atención un momento consciente o inconscientemente.
Cuanto más inconsciente fuese aquel momento que recuerdas más posibilidades hay de que sueñes con ello.

Pero alguien que piensa demasiado, que recuerda en exceso, al final lo único que consigue es sufrir. Aunque lo que este recordando sean cosas buenas y bonitas, sólo se conseguirá sufrir porque todas esas cosas están ya finalizadas y no volverán a producirse. Los hechos no vuelven a producirse, puede que sucedan de forma similar, pero nunca son exactamente iguales. Por eso, sólo se sufre.
Hay que vivir más y recordar menos. Mejor cambiemos esta frase. Habría que vivir mas y recordar menos.
Pero tenemos un sistema nervioso central que no nos permitirá escaparnos de esta vida tan fácilmente.
Una pena..
Pero dejémonos de tantas lamentaciones. Al fin y al cabo, así lo único que hacemos es recordar y acabamos sin avanzar nada.
Para terminar con esta entrada, no me queda si no volver al principio. Necesitaba escribir, y finalmente lo he hecho. Tal vez más largo y extendido de lo que esperaba, pero no hay que poner límite a las palabras cuando afloran, siempre que éstas lo hagan con sensatez y concordancia.
Asi que, por todos los que lo lean, y por mi, acabo ya esta entrada.
~~♪♫♪~~ ☼

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