miércoles, 15 de octubre de 2008

Vampires

Muéstrame tu cuello y deja
que mis colmillos rompan
la piel que impide
que tu sangre sea para mí
y tu cuerpo sea eterno,
morirás cada mañana
y renacerás al anochecer.

Mägo de Oz


Renacido como un vampiro a pleno sol de medio día, duele ver lo que rodea, queman los ojos, arden las ideas, difíciles pensamientos apenas ayudan a retornar al retiro de la oscuridad. Pero la muerte acecha y la cura es larga, otra exposición demasiado temprana al sol implicaría una cruel muerte entre llamas y cenizas...
Pero es la sangre, la sangre eterna que te llevará más allá de donde se pueda imaginar.
Un mordisco basta para transportarte a un mundo de oscuridad donde todo brilla a unos ojos penetrantes, que pueden ver más allá de la mente de los demás y ocultarse a su vez de los mismos, donde la fuerza no es problema, donde el transporte es uno mismo. A cambio hay que pagar con la pena de soportar asesinatos a la espalda. Si se puede ser capaz de soportar esto durante la eternidad, en vez de ver el futuro lo vivirás. Pero hay algo más. El amor que se vivirá será puro, y jamás se podrá volver a reproducir un vampiro si no es mediante el cambio de sangre.
No se ven pegas a penas, mas para verlas habrá que serlo, igual que todo en la vida.

Quieres vivirlo, quién no, pero hay que estar seguro de haber vivido todo en tu vida, pues no volverá a ser la misma sin la luz del Sol. Ahora sabes lo que necesitas. Lo demás deberás descubrirlo tú solo, pues será tu camino en esta nueva oportunidad que se te ofrece. Ven a mi, tras entregarme lo que más deseo, verás recompensada tu espera, te unirás a este mundo paralelo, y renacerás en él con una nueva apariencia. Espera a verlo, te encantará.
Pero elije bien tu camino, porque el tiempo sólo pasa en una dirección, y aquello en lo que erres te perseguirá por toda tu eternidad.

~Akashha~